Monday, September 21, 2015

El marxismo crítico de Adolfo Sánchez Vázquez… A cien años de su natalicio (1915-2015)


El marxismo crítico de Adolfo Sánchez Vázquez… 
A cien años de su natalicio (1915-2015)

Adolfo Sánchez Vázquez nació el 17 de septiembre de 1915 en Algeciras, provincia de Cádiz, España. Desde muy temprana edad, se trasladó a Málaga, en donde, inspirado por Machado, Prados y Alberti despertó un gran interés por la poesía. En 1935, se trasladó a Madrid con el objetivo de iniciar sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central. Allí, siendo estudiante universitario,  tuvo que sortear uno de los episodios más trascendentales de su vida: la guerra civil española.

Siendo consecuente con su compromiso político e ideológico con el socialismo y el antifascismo, Sánchez Vázquez no dudó en afiliarse a la Juventud Comunista, y, posteriormente, en alistarse en las filas del Ejercito Republicano -combatiendo en el frente de Aragón y en la Batalla de Teruel-. Su agitada militancia durante la guerra civil, no solamente lo llevó empuñar las armas en defensa de la República, sino que además, lo impulsó a desarrollar una activa labor periodística e intelectual al frente de la redacción de los periódicos, Ahora, Octubre y Acero.

Para desgracia del mundo, en abril de 1939 Franco derrotó al Ejercito Republicano y miles de españoles salieron al exilio, entre estos, Adolfo Sánchez Vázquez; quien primero cruzó la frontera francesa, para, posteriormente, salir rumbo a México tras la protección brindada por el presidente Lázaro Cárdenas a los exiliados provenientes de España.

De ahí en adelante, y arropado bajo la indescriptible tristeza del exilio, Don Adolfo haría de la Universidad Nacional Autónoma de México, el epicentro de construcción teórica de su basta y maravillosa obra intelectual. Brillando así, por ser uno de los más importantes filósofos de América Latina en el siglo XX, y uno de los intelectuales más prominentes del marxismo crítico en nuestra región. 

De esta forma, al cumplirse el pasado 17 de septiembre los cien años de su natalicio (1915-2015), he querido realizar un homenaje a este gran maestro de la filosofía latinoamericana; no sin antes, exaltar los puntos más relevantes de su obra teórica y práctica. Bien decía el maestro Sánchez Vázquez, siguiendo en esto fielmente a Marx: “que de lo que se trata no es solo de interpretar de diversas formas el mundo, sino de transformarlo real y efectivamente”. Bajo esta premisa, procedamos con este humilde y sentido homenaje.

El marxismo como Filosofía de la Praxis

Uno de los grandes aciertos de la obra teórica y práctica de Adolfo Sánchez Vázquez, fue la de haber colocado la categoría de praxis en el centro de reflexión de la filosofía de Marx. Bien planteaba el maestro Sánchez Vázquez que “con Marx, el problema de la praxis como actividad humana transformadora de la naturaleza y de la sociedad pasa al primer plano. La filosofía se vuelve conciencia, fundamento teórico e instrumento de ella”. Es decir, para Adolfo Sánchez, era imposible abordar la obra de Marx sin antes reconocer el papel fundamental que tenía la praxis en ella.

Ahora bien, para Adolfo Sánchez, la praxis no era de por sí un concepto simple y acabado, sino que daba cuenta de la relación sustancial y dialéctica entre la teoría y la práctica. Para él, uno de los aportes fundamentales de Marx, fue haber hecho una ruptura radical con la filosofía idealista, pero también, con el materialismo mecanicista del siglo XIX. No obstante, esto no hubiera podido consumarse, si la noción de praxis no hubiese sido el eje central de dicha ruptura. Solo así, era posible entender al ser humano como sujeto activo, transformador de sus propias circunstancias, y a la praxis en sus diversos niveles y en su relación con la historia, el arte y la violencia.

Así pues, la introducción de la praxis como categoría central de la teoría y de la práctica de Marx, no solo implica reflexionar sobre un nuevo objeto, sino que por el contrario, significa: 1) fijar el lugar de la teoría en el proceso práctico de transformación de lo real, y 2) determinar que el propio proceso de la práctica transformadora lleva de por sí una profunda significación teórica. Es decir, si bien la praxis revolucionaria debe tener un fundamento racional, al mismo tiempo, la actividad teórica –crítica o cognoscitiva- ha de tener una función práctica. Por ello, para Sánchez Vázquez el marxismo no es ni puede ser un sistema teórico acabado, sino por el contrario, una verdadera Filosofía de la Praxis.     

El marxismo como totalidad indisoluble

A partir de esta perspectiva renovadora y crítica de Marx, Adolfo Sánchez plantea que el marxismo debe ser entendido a partir de la unidad de cuatro elementos esenciales que forman una totalidad indisoluble.

a)   El marxismo es, en primer lugar, una crítica radical de lo existente; es decir, de nuestra realidad presente, capitalista. Pero su crítica debe ser formulada desde ciertas perspectivas y supuestos valorativos, como lo es la igualdad, la justicia social, la libertad y la dignidad.
b)   Por consiguiente, para criticar al mundo de raíz, hay que conocerlo en profundidad, y por ello, el marxismo no pude prescindir de su seriedad y rigurosidad a la hora de estudiar e interpretar los fenómenos que tienen cabida en nuestra realidad. Para cambiar el mundo, hay que atreverse a pensar el mundo.
c)      Pero tal como lo hemos expuesto anteriormente, el marxismo no es solo un conjunto teórico, un corpus de ideas abstractas. El marxismo es de por sí una apuesta de cambio y de transformación, implica un proyecto de emancipación o aspiración a construir una nueva sociedad en donde se materialicen los principios de justicia y libertad que desde el marxismo se defienden y abanderan.
d)     Es por esto, que en la medida de que el marxismo es un proyecto de cambio, debe vincularse necesariamente con una práctica adecuada para realizar su proyecto, una práctica que requiera de la voluntad y el compromiso militante, una práctica de quienes no solo busquen interpretar críticamente el mundo, sino primordialmente, su anhelada y justa transformación.

El marxismo como constante búsqueda de una alternativa


En este orden de ideas, para Adolfo Sánchez Vázquez el marxismo no puede ser separado de la búsqueda de alternativas al capital, es decir, la teoría de Marx también lleva aparejada la búsqueda de la utopía; pero no cualquier utopía, sino una que, sobre la base del estudio crítico y racional de la realidad, y sobre el compromiso militante de los hombres y de las mujeres, pueda llegar a ser necesaria, posible y sobre todo realizable.

Y, aunque esta alternativa social al capital se intentó forjar en nombre de un supuesto “socialismo realmente existente”, Adolfo Sánchez Vázquez jamás dudó en dirigir su crítica fulminante hacia el proyecto político implantado en la URSS. Un proyecto que, según sus palabras, no fue auténticamente socialista, en razón a que:

i)        Sustituyó la propiedad privada sobre los medios de producción, no por una forma de propiedad social y comunal, sino por una forma de propiedad estatal, aislada de una genuina forma asociativa de productores libres, que planificaran y auto-gestionaran la producción social.
ii)           Hizo de la  burocracia una nueva clase explotadora, poseedora de hecho, mas no de derecho, de los medios de producción, controlando así la economía, el Estado y el Partido.
iii)            Constituyó un modelo de separación abrupta entre sociedad civil y Estado. (Auténtico vicio del Estado liberal moderno).
iv)                Instauró un modelo de partido único que intervino en todas las esferas de la vida pública y privada, sometiendo al individuo a unos supuestos fines “mesiánicos” del “buró político”.

De esta forma, Don Adolfo entendió que el socialismo no había existido en el mundo, pero que no por ello su necesidad y su justeza habían caducado o cedido ante el enemigo. Hoy por hoy la crueldad del capitalismo sigue acechando a la humanidad, y el dilema de socialismo o barbarie sigue estando tan vigente como antes.

Por esto, Adolfo Sánchez Vázquez siempre reivindicó la necesidad de una alternativa social al capital, una alternativa que por más que no estuviese a la orden del día, era necesaria en un mundo cada vez más enajenado, desigual, explotador, depredador del ambiente e inhumano. La necesidad de una genuina praxis revolucionaria, siempre acompañó sus disertaciones y reflexiones, y hoy, a los cien años de su natalicio, comprobamos que sus ilusiones siguen siendo justas y precisas.

Hoy más que nunca, una alternativa se hace necesaria, y el mayor tributo que podemos hacerle a este maestro, no es solamente desempolvar su obra y estudiarla en profundidad; sino contribuir,  así como él lo hizo, a construir las bases de un mundo mejor. De esta forma, quiero terminar este corto escrito, citando un fragmento de su discurso ¿Por qué ser marxista hoy? No sin antes recalcar una vez más, que lo más grandioso de su obra, fue haber conservado su consecuencia ética y política, aun en tiempos del desencanto, la sinrazón y la desesperanza…Damos pues la palabra al maestro Adolfo, para que sea él quien culmine con este breve escrito:

“Llegamos al final de nuestro discurso con el que pretendíamos responder a la cuestión de si se puede ser marxista hoy. Y nuestra respuesta al concluir, es esta: puesto que una alternativa social al capitalismo –como el socialismo- es ahora más necesaria que nunca, también lo es, por consiguiente, el marxismo que contribuye –teórica y prácticamente- a su realización. Lo cual quiere decir, a su vez, que ser marxista hoy significa no solo poner en juego la inteligencia para fundamentar la necesidad y la posibilidad de esa alternativa, sino también tensar la voluntad para responder al imperativo político-moral de contribuir a realizarla…”.

Grande Adolfo Sánchez Vázquez… ¡Venceremos!        



Por: Juan Felipe González Jácome.